"UN CAMBIO DE DIRECCION"
- "no es cobardía, es simple costumbre... prefiero seguir así"
sucede q en nuestra vida desde el principio, nos acostumbramos al ambiente, un derredor homogéneo y conocido en el que podemos dar vueltas sin temor a perder nada; conocemos las entradas, las salidas, cada uno de los trucos de las puertas de este mundo, manejamos las palabras que se dicen, de los rituales que se cumplen indistintamente cada día y sin final.
el levantarse, un estirón y un bostezo; el desayuno de pan y café; los cinco minutos de tarde del reloj adelantado del salón, corriendo tras el carro de las siete para llegar milagrosamente una vez más.
- ¿a donde?
- al mismo lugar.
Transportados talvez cinco o seis años, de aquel mismo ir y venir...
- ¿que podrá ser de mi vida?; Que ser y que hacer, ¡¡COMO HACER!!. . .
Conveniencias, tradiciones vocaciones; e ahí la pregunta que revuelve tantas mentes, sin la respuesta ideal. Como seguir al espíritu, ese que dice que soy tan buen guitarrista que si dejara de serlo, la sangre que ahora corre, como un torrente de río. terminaría tan fría y tan quieta que tal ves no me pueda mover nunca más.
Como luchar con una tradición sin pausas de cinco generaciones de una familia de empresarios exitosos en aquel negocio familiar. Como decirle a mi padre que no quiero al cumplir los veinte años, heredar el sillón, el despacho, los sellos y la pluma; como decirle a mi madre que no me gustan los ternos ni las corbatas y que prefiero cargar mi comodidad sobre un par de zapatillas y unos jeans.
Recuerdo gritos y hasta desmayos, pero la música era mi vida y no podía hacer más.
Cargando con toda mi nada terminé formando parte de un gran grupo musical, que luego de viajar por tantas partes como pude haber imaginado y cantar por todos lados tal como lo esperé. Puedo decir sin temor a equivocarme. . .
- que la vida no se cansa de despertar cada día, si es que tus amaneceres continúan un camino que se traza paso a paso y que aunque pasara cerca, nuca vuelve a la rutina de las idas y venidas sin razón.
Hacia allá ....
sucede q en nuestra vida desde el principio, nos acostumbramos al ambiente, un derredor homogéneo y conocido en el que podemos dar vueltas sin temor a perder nada; conocemos las entradas, las salidas, cada uno de los trucos de las puertas de este mundo, manejamos las palabras que se dicen, de los rituales que se cumplen indistintamente cada día y sin final.
el levantarse, un estirón y un bostezo; el desayuno de pan y café; los cinco minutos de tarde del reloj adelantado del salón, corriendo tras el carro de las siete para llegar milagrosamente una vez más.
- ¿a donde?
- al mismo lugar.
Transportados talvez cinco o seis años, de aquel mismo ir y venir...
- ¿que podrá ser de mi vida?; Que ser y que hacer, ¡¡COMO HACER!!. . .
Conveniencias, tradiciones vocaciones; e ahí la pregunta que revuelve tantas mentes, sin la respuesta ideal. Como seguir al espíritu, ese que dice que soy tan buen guitarrista que si dejara de serlo, la sangre que ahora corre, como un torrente de río. terminaría tan fría y tan quieta que tal ves no me pueda mover nunca más.
Como luchar con una tradición sin pausas de cinco generaciones de una familia de empresarios exitosos en aquel negocio familiar. Como decirle a mi padre que no quiero al cumplir los veinte años, heredar el sillón, el despacho, los sellos y la pluma; como decirle a mi madre que no me gustan los ternos ni las corbatas y que prefiero cargar mi comodidad sobre un par de zapatillas y unos jeans.
Recuerdo gritos y hasta desmayos, pero la música era mi vida y no podía hacer más.
Cargando con toda mi nada terminé formando parte de un gran grupo musical, que luego de viajar por tantas partes como pude haber imaginado y cantar por todos lados tal como lo esperé. Puedo decir sin temor a equivocarme. . .
- que la vida no se cansa de despertar cada día, si es que tus amaneceres continúan un camino que se traza paso a paso y que aunque pasara cerca, nuca vuelve a la rutina de las idas y venidas sin razón.
Hacia allá ....
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