Las cosas cambian...
Muchas veces es difícil de aceptar, alguien se va, alguien LLEGA, conocemos a un amigo nuevo o reconocemos a uno que ya teníamos hace tiempo, cambian también los lugares, cambian los caminos por carreteras y los villancicos por valses criollos, las noches por días y el vacío por llenura, no logramos evitarlo, pero sí podemos acelerar, buscar y lograr estos cambios.
La vida es TUYA, es mía, es de aquel que respira y cada cual tiene en su interior sueños, aspiraciones, metas, quimeras intermitentes que aparecen y desaparecen de nuestro pensamiento y de nuestro corazón.
Son como combis limeñas, tal vez no, quizás como estrellas fugaces que pasan y pasan, pero muy pocas veces las distinguimos y de esas veces, otras tantas las dejamos pasar sin pedir deseos. Si queremos esos cambios debemos aferrarnos a ellos, "pedir esos deseos" y perseguirlos con ahínco, con ganas, con entrega, con fe!
Abrazarnos fuerte de la realidad que viene, como resultado de nuestras búsquedas, como parte del milagro que se nos concede por creer que es posible, por trabajar en pro de ello.
Mi estrella fugaz pasó, yo la seguí con la mirada y le puse un sello, no la dejé escapar, entonces mi vida se transformó, no por mis manos, sino por obra de Dios y cada día vivo un milagro, el milagro que es consecuencia de ese cambio que fue un milagro más grande aún, no es simple coincidencia, no es casualidad, no es karma ni tampoco suerte, es bendición, una gran bendición que no se termina.
Cambiemos...
Walter
06:36 PM
09 de noviembre 2013